Hoy sí, mañana quizás ya no. Desde luego nunca es siempre. Mola.
Bueno, no.
Bueno, no.
Lo noto a cada latido que da el corazón, cada cual diferente al anterior. Un corazón a modo de reloj analógico que marca el paso del tiempo, siempre imparable (hasta que se para). Un corazón a modo de motor que chirría cuando las cosas van mal y bombea con fuerza cuando estalla de alegría. Lo que duele ante una pérdida es el corazón, siempre el corazón. Al menos en mi caso.
Por eso prefiero guiarme por él. Y me fío, aunque me la haya jugado en incontables ocasiones. Pasional, poco prudente. Impulsiva y no reflexiva. Confiando en mis instintos, cuanto más bajos menos seguros, pero siempre sinceros.
Personas que son de corazón son las que quiero en mi vida. Ya sean buenas o malas, confío más en ese tipo de gente. Pensar mucho nunca es bueno. Muy frío para mí. ¿Qué más da si una elección es errónea si nada es permanente? ¿Por qué pensar que una mala decisión influirá el resto de tu vida si, al fin y al cabo, nos vemos inevitablemente afectados por los cambios?
Por otro lado, ¿qué es lo que se considera una mala alternativa? ¿Aquella que nos da problemas? Pues vaya... "Quien no arriesga no gana" me dijeron hace tiempo. Porque cuando eliges a alguien (o algo) es por la felicidad que te aporta, y casi siempre perdemos el tiempo "buscando la felicidad" porque siempre se nos olvida que ya la habíamos encontrado en su día.
Allá va mi decisión: apostar el cuello por lo que me haga feliz. Prefiero equivocarme mil y una veces, hundirme en lo más hondo, pero siempre sabiendo que lo que hice lo hice de corazón. Porque era lo que quería. Porque era lo que me hacía feliz aunque luego se me olvidase.
Allá va mi decisión: apostar el cuello por lo que me haga feliz. Prefiero equivocarme mil y una veces, hundirme en lo más hondo, pero siempre sabiendo que lo que hice lo hice de corazón. Porque era lo que quería. Porque era lo que me hacía feliz aunque luego se me olvidase.
Hay que decirle a la gente que queremos que las queremos, porque cuando se acaba... se acaba.
La canción tiene sus años, pero es... magnifica. Hace feliz.